Comencé escribiendo
este blog para contar a mi familia y amigos las cosas que hago en Utah: los
viajes, las aventuras, las gentes y los lugares. Con el tiempo se ha ido
convirtiendo en algo más, algo balsámico. Escribir me ayuda a ordenar mis
ideas. Me obliga a dejar de un lado la impulsividad que normalmente rige mi
vida. A pararme. A pensar. Saca de dentro aquello que normalmente nunca
muestro. Aparca todo lo terrenal que hay en mí y deja aflorar lo que nunca se
ve, esas cosas que envuelven el alma: los sentimientos, los miedos, los
anhelos, las ilusiones…
He de confesar que
le he cogido a gusto. Cuando me siento inspirado me siento delante del
ordenador y tecleo todo aquello que llevo dentro. Es así como me animé a
participar en un concurso de relatos organizado por la web en la que colabora
mi amigo Hilo, www.planetapackraft.com
Dejo escrito el
primer párrafo y si lo encuentras entretenido puedes seguir leyendo tan solo
haciendo clic en el enlace. Si al final resulta que te ha gustado, puedes votar
por mi relato y ayudarme a ganar uno de los magníficos premios que reparten.
Muchas gracias.
Besos y
abrazos. Mkl
SUEÑOS
DE AVENTURA
“Nunca fui un buen deportista. A decir
verdad, nunca me gustaron los deportes, y lo cierto es que las experiencias que
tuve de pequeño no contribuyeron a ello. No creo que fuese debido a una mala
genética (mi padre fue un incansable jugador de futbol hasta que su rodilla
dijo basta y mi madre practicó gimnasia
con notables resultados a nivel provincial), de hecho, nunca me he considerado
torpe ni padecido problema motórico alguno. Tampoco lo achaco a no encontrar el
deporte adecuado, ya que mi padre lo intentó hasta la desesperación, una y otra
vez: futbol, baloncesto, balonmano, atletismo e incluso pelota vasca, que yo
recuerde. Ninguna de estas modalidades deportivas caló en mí lo suficiente como
para sentir motivación alguna. Ni siquiera culpo de mi falta de interés a mis
profesores de educación física, ya que a lo largo de mi etapa escolar los tuve
de todos los colores: aquellos a punto de jubilarse que mandaban a los chicos a
jugar a fútbol y a las chicas al baloncesto, profesores autoritarios que nos
guiaban con mano dura a través de las gimnasias de la vieja escuela, maestros comprometidos
que a través de juegos y más juegos consiguieron arrancarme algún momento de
disfrute, e incluso aficionados al baile y las coreografías que hacían de su
pasión un estilo de enseñanza.
…”
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